Mientras fregaba los biberones de los mellos me puse a pensar en esos seres de luz que Dios te manda, como un mal necesario, para poner a prueba tu paciencia, tolerancia, las clases de yoga y la meditacion de Chopra.
El servicio, la doña, la muchacha, auxiliar del hogar o como usted le quiera llamar, son unos personajes, yo creo que he pasado de todo con ellas ¿y quien no?
He tenido a la que roba chin de jamon, chin de queso, chin de detergente, la que cocina malo, la que daña las ollas de teflon, la que mete chismes de las otras empleadas ( con los mellos tuve que tener dos ), la que se puso un conjunto de brasier y panty caros porque como lo vio mucho tiempo en una gaveta penso que yo no lo usaba, la que le vendio a su motorista de confianza un reloj de mi ex esposo, la de los mil cuentos para llegar tarde, la que tenia que ir al culto los sabados, la que quiere ir a todos los velorios, la que pide prestado dinero al 2do dia de haber entrado a trabajar, la que me refunfuñaba, y con chemba, todo lo que le decia con el argumento que donde ella trabajaba antes lo hacia de otra manera, y asi sucesivamente.
Una persona que quiero mucho me dijo: " a los trabajadores no se le puede tratar bien, hay que hablarles fuertes, para que respeten y no cojan pue'to ! " - hay que aclarar que esa persona toda su vida trabajó con obreros - y al parecer esa forma a él le dio buenos resultados, porque sus empleados eran fieles y les duraban muchisimo, en mi caso particular me cuesta mucho no tratar bien a las personas que tengo a mi cargo, en el caso especifico del servicio, quiero que se sientan bien, empatizo con ellas y las trato mejor que a cualquiera familiar, como si fueramos amigas y la verdad es que no he tenido resultados positivos la mayoria de las veces, he llegado a pensar que estan tan predispuestas a que las traten mal, que desconfian de quien las trata bien o en otros casos se aprovechan y abusan.
Hablando con amigas sobre el tema, a ver si encuentro cual es mi fallo, no hemos podido llegar a una conclusion definitiva, esta la que simplemente decidio entregarle al servicio su casa y no quejarse, la que tuvo suerte y tiene 5 años con la misma gente y las que estan como yo que no pegan una, en una cosa si que no tenemos dudas y es que ellas ( el servicio ), estan claras que ni son familiares de nosotras ni mucho menos amigas, no importa lo bien que las trates.
Saludos,
Chandy❤
El mal necesario, esa es una amarga realidad.
ResponderEliminarQue gran realidad de lo quevivimos la mayoria de nosotras las mujeres de hoy día que necesiamos del apoyo de las domésticas!!!
ResponderEliminarEn mi caso, tengo una loquita que ésta es la tercera vez que está conmigo. Vivo al grito con la limpieza y después de vieja un día la comida le queda bien y el otro no. No roba, quiere mis hijos (sobre todo a Robert, su negro) como si los hubiera parido, defiende lo mío más que yo. Preocupada por la salud de titirimundati en la familia. Eso sí, que cuando le da con sentarse a hablar y los oficios en "hold" no hay quien le gane. A veces me encuerdo con ella, pero cuánta falta me hace en esta cuarentena!!!
ResponderEliminarEres de las del grupo de las afortunadas 😅
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